jueves, 31 de mayo de 2012


El  ESTADO CIEGO

Transmilenio es un sistema complejo, creado y regulado por leyes, resoluciones, decretos, contratos. En medio de esta complejidad, Transmilenio se enfrenta a dos retos enormes y de muy difícil solución: 1. Por un lado, el lío de las losas llevó a que la ciudad tuviera que demandar a los constructores de la Caracas y de la Autopista Norte, por intermedio del IDU, involucrando en el pleito a CEMEX como proveedor del relleno. En este largo proceso, el Distrito intenta probar que la ruptura de las losas fue culpa del proveedor del relleno y que éste debe responder por los costos y perjuicios causados a la ciudad. En estos diez años, ha habido de todo: detenciones a funcionarios, embargo de plantas y patrimonios, pruebas técnicas, pruebas documentales, cobro de pólizas, impugnación de pruebas, descalificación de expertos…, lo único que no ha habido es quién responda a Bogotá por el descalabro, y hasta la fecha seguimos cubriendo las reparaciones de nuestro bolsillo. 2. Es un pleito entre pesos pesados y CEMEX no ha escatimado recursos en defenderse y dilatar el proceso, que se vence en agosto del 2013. Hasta ahora, TM parece llevar todas las de perder. El otro enredo legal son los contratos de concesión de la operación. Por un lado, tras un proceso de 9 años que acaba de perder la ciudad, el Tribunal de Cundinamarca ordena a Bogotá que renegocie los contratos de operación. El alcalde Petro ya ha anunciado que lo va a hacer. Tal vez por un lapsus, olvidó mencionar que los contratos de la Fase I ya casi se vencen y que basta con no renovarlos.  

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