jueves, 31 de mayo de 2012


Transmilenio en su futuro 

En medio del descontento generalizado, las manifestaciones han llegado al extremo, cuando en sus manifestaciones  grupos de usuarios descontentos destrozaron cuanto encontraron a su paso. Los estudiantes, los periodistas, los ciudadanos, los políticos, debatimos a diario. Se responsabiliza a quien se deje. Pero el sistema no consigue estabilizarse. Lo cierto del caso es que el problema lejos de atenuarse, se agrava y el tiempo corre… Es urgente entablar un debate serio y responsable sobre lo que se puede hacer para mejorar y salvar nuestro sistema circulatorio. Cualquier alternativa distinta de mejorar el existente es tan fantasiosa como pensar que se pueden trasplantarse todas las venas del cuerpo cuando empiezan a fallar. El gobierno distrital debe ponerse al frente con hechos y acciones, no solo con palabras.[Pie de página] Que va muy lleno, que el servicio no es preciso en informar los tiempos, que las rutas están mal diseñadas, que las losas están rotas todo el año Y lo mas importante “que la tarifa es muy alta”, en fin, quejas de todo tipo. Y es normal que en una ciudad como Bogotá los reclamos sobre la movilidad y su congestión sean pan de cada día. Sin embargo, con las noticias que despiertan a muchos bogotanos, la cosa parece tomar una tonalidad distinta. En accidentes con, trancones extensos y retrasos mayores a los usuales. Estos accidentes parece ser la última estocada que necesitaba Transmilenio para que se volcaran encima de él a observarlo con lupa: las noticias, autoridades políticas y expertos en movilidad comunicaron sus críticas. Son cuatro, principalmente. Después de haber sobrellevado el tema del supuesto paro que organizarían sus empleados hace unas semanas por cuestiones de salarios y jornadas laborales, el problema volvió a formularse. ¿No podría ser ésta la causa de tanto accidente? Asimismo se ha criticado el estado de las vías. Las losas rotas —que, por cierto, no llevan así poco tiempo— provocan a los conductores cambios drásticos de rumbo, frenadas inesperadas y eventuales choques. También hablan los expertos, quienes sostienen la tesis de que la empresa opera con sistemas tecnológicos de “guiado óptico” viejos, trasnochados. Finalmente, se dice que el sistema está saturado, razón por la cual muchos articulados tienen que hacer cola detrás de otros para tener acceso en la estación. Tal y como ocurrió en el accidente del martes. 

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